“Los pilotos volamos y sentimos el avión como
una prolongación de nosotros mismos. Da igual si este tiene una longitud u
otra, el piloto lo interioriza como un todo. Es el despacho con mejores vistas
del planeta”. José Sabino Berasaluce,
Director de Operaciones de Vuelo, Comandante e Instructor de la compañía
Vueling nos
habla de cómo se ejecutan los aterrizajes en condiciones adversas como las que
podemos encontrar tan habitualmente en el aeropuerto de Loiu.
- ¿Qué tiene el
aeropuerto de Loiu que lo hace a veces tan complejo de aterrizar?
- Bilbao cuenta con una
orografía prominente al sur del aeropuerto y vientos de componente sur que
generan turbulencias y la conocida cizalla, lo que produce las incomodidades
que los asiduos a Bilbao ya conocemos. No obstante, es importante recordar que
Loiu ha sido uno de los primeros aeropuertos en certificarse de acuerdo a la
reglamentación europea en materia de seguridad.
- Desde el punto de
vista de la Prevención de Riesgos y Accidentes, ¿Cómo se actúa en un aterrizaje
con grandes rachas de viento?
- Los aviones actuales
vienen dotados de computadoras que no solo son capaces de detectar fenómenos
meteorológicos como las turbulencias o el Windshear (fenómeno típico que se da
con viento sur en Bilbao y que resulta en una explosión de viento con distintas
orientaciones) sino que, además, son capaces de predecir con anterioridad estos
fenómenos, dando órdenes directas de cómo actuar. Adicionalmente, en la
aviación moderna y en aviones de transporte de pasajeros, el vuelo se controla
en términos de energía y no de velocidad como en el pasado. Esto garantiza la
seguridad de la operación de las aeronaves en las masas de aire turbulento.
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