Desde El Faro de la Seguridad nos hemos acercado a Medialab-Prado, un espacio del Ayuntamiento de Madrid en el cual se realizan talleres de producción y formación, seminarios y debates, reuniones y muestras de proyectos abiertos al público donde se tocan temas relacionados con el arte, ciencia, tecnología y sociedad. Dentro de los numerosos proyectos que se desarrollan en este lugar nos hemos introducido en la preocupación ciudadana por la calidad del aire y hemos hablado con Cesar García Sáez, Coordinador del grupo Internet de las Cosas de Medialab-Prado que está involucrado en la creación de una biblioteca de dispositivos de medición de fenómenos invisibles que ocurren en la ciudad como son la calidad del aire o la medición de la radioactividad.
César, junto con un grupo de gente, lleva trabajando dos años en torno a la calidad del aire y la construcción de dispositivos de medición de bajo coste. Actualmente este grupo es promotor de una iniciativa basada en la construcción de una biblioteca de estos dispositivos accesible a todo el mundo. El primer dispositivo de esta biblioteca es un Air Quality Egg, un proyecto de hardware libre que utiliza tecnologías de bajo coste para producir datos sobre la calidad del aire.
Antes de que nos cuente el proyecto de la biblioteca, nos puede explicar ¿Qué es el Air Quality Egg?
“Es un dispositivo de medición de datos de calidad del aire que consta de un sensor de temperatura y humedad, de un sensor de dióxido de nitrógeno y un sensor de monóxido de carbono. El proyecto sobre la creación de estos dispositivos ha sido una iniciativa ciudadana, con distintas comunidades de interés en varias ciudades del mundo, para desarrollar dispositivos de bajo coste que cualquier persona pueda tener en su casa”.
¿Qué tipo de datos ofrece este dispositivo?
“Ofrece datos complementarios a los oficiales ya que las mediciones de la administración pública suelen tomarse en sectores de cuatro por cuatro kilómetros y nosotros lo que estamos midiendo es el aire que está en nuestro entorno más inmediato. Asimismo, tienen que ser datos complementarios porque no tenemos los recursos suficientes para competir con el ayuntamiento, pero es una forma de fomentar esta preocupación a la ciudadanía, ampliar la información y que todo el mundo pueda expresar su contento o descontento con las políticas de movilidad, de prevención de riesgos y de cánceres”.
¿En qué consiste el proyecto de la biblioteca?
“En construir una biblioteca de dispositivos que permita a la ciudadanía medir datos sobre calidad del aire. Es decir, construir una infraestructura pública que tenga unos dispositivos de medición de fenómenos que ocurren e interesan a la ciudadanía como puede ser la medición de la calidad del aire, de la radioactividad etc.”
¿Cuándo y cómo nace este proyecto?
“En septiembre del 2011 planteamos construir una librería de dispositivos. El fin era, y sigue siendo, que la comunidad pueda llevarse el dispositivo, ponerlo en su balcón, alrededor de un parque o de una plaza, medir en diferentes puntos y por último devolver los dispositivos. Una vez tomada la calidad del aire acudir a nuestros encuentros que están integrados por una comunidad de interés, personas que están investigando sobre estos temas y entre todos analizar la calidad del aire. Si esto se hace durante varios meses se puede llegar a establecer conclusiones importantes como en qué momento del día es mejor o peor sacar a los niños al parque o salir a correr”.
Entonces, ¿El proyecto está en construcción?
“Si. Ahora mismo tenemos 12 dispositivos de una versión del Air Quality Egg, y cinco de otra versión del mismo dispositivo. De estos cinco hay dos que están en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Madrid ya que uno de los estudiantes de esta universidad está desarrollando su fin de carrera en torno a este tema. De esta forma se está estudiando la calibración y los datos que dan estos Air Quality Eggs para poder tener un estudio previo antes de sacarlos a préstamo”.
César, además de promotor de la iniciativa de la biblioteca y colaborar con los Air Quality Egg, también eres coordinador del grupo Internet de las Cosas en Medialab-Padro en Madrid. ¿Nos puede explicar qué es Internet de las Cosas?
“Son un conjunto de tecnologías que hasta hace nada se llamaba comunicación entre máquinas. Ahora mismo se aplica a un concepto más amplio, no solo entre máquinas sino entre todos los objetos con idea de que cualquier objeto que llevamos puesto, una maleta o una máquina tiene una URL a la que identifica y que está accesible en Internet. Este tipo de cosas permite por ejemplo que una lámpara mande señales y se comunique con otros objetos. Ya hay unas luces de Philips que se encienden y se apagan remotamente desde el móvil.”
En los encuentros realizados en Internet de las Cosas también se ha hablado de la calidad del aire.
“Como es un proyecto de interés público por su relación con la salud, ha participado mucha gente tanto en los encuentros presenciales como en las conversaciones on line a través del foro. Se han tratado temas como los riesgos que ahora mismo se enfrentan poblaciones como china ante la baja calidad del aire, y sobre las mediciones que da el gobierno ya que no se corresponden con las mediciones reales de contaminación existentes. Por ejemplo es muy polémico que en China, la gente utiliza los datos de la embajada americana para saber cómo está de contaminado el aire que respiran.”
¿Existe una gran preocupación popular por la calidad del aire?
“Podemos decir que hay una gran preocupación científica y ciudadana. Existe un contexto real que es el abaratamiento de las tecnologías por lo que mucha gente se junta para hacer sus propios dispositivos, como es el caso del Air Quality Egg. Asimismo, dentro del proyecto estamos viendo a muchas personas sensibilizadas con este tema. Por ejemplo tres ingenieros electrónicos que participan en el proyecto tienen asma, por lo que se han tenido que ir a vivir al norte de Madrid para mejorar su calidad de vida. Normalmente la gente que se acerca tiene el perfil técnico y un vínculo con la problemática de tipo salud, bien sus hijos o ellos mismos”.
¿Por qué cree que existe esta preocupación en Madrid?
“Ahora mismo en el grupo de Internet de las cosas de Madrid hay 260 personas apuntadas. Solo tienes que ver los informes de ecologistas en acción, en Madrid todos los días supera en cantidad la normativa europea de no2”.
¿Colabora en más proyectos que tengan que ver con la prevención?
“Si, hace poco en Medialab-Prado se ha desarrollado un taller llamado Funcionamientos que pretende utilizar la tecnología para mejorar la calidad de las personas diversamente funcionales. Hemos estado trabajando en un proyecto que llamamos Operación Murciélago cuyo objetivo es prevenir los choques o los golpes que una persona en silla de ruedas con problemas de baja visibilidad puede tener al moverse por la calle. En este caso se está trabajando con una asociación en concreto, por lo que se ha desarrollado una solución para Estrella, una chica que ha sufrido un accidente y que ahora mismo tiene un problema de baja visibilidad y también está en silla de ruedas. Estrella está aprendiendo a andar por lo que el dispositivo que se diseña tiene que cumplir también con las posibilidades de que en un momento dado ella lleve un andador en vez de ir en silla de ruedas. El dispositivo se ubica en alguna parte de la silla o del cuerpo de esta persona y detecta cuando aparecen bultos u objetos. Según la distancia en la que se encuentre el objeto produce un sonido u otro. Por ahora se trata sólo de un prototipo, pero en un futuro esperamos poder seguir trabajando en ello”.
Artículo elaborado por: Laura Alvarellos
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