Hace casi medio siglo era impensable que
una persona con discapacidad pudiera tener un puesto de trabajo. Hoy en día y,
gracias al trabajo de empresas como Lantegi Batuak, son muchos los que han
conseguido entrar en el engranaje laboral y conseguir, de este manera, un paso
más hacia la tan deseada normalidad.
Entrevista a : DR. MIGUEL MARTÍN ZURIMENDI Responsable del Servicio de Prevención, Lantegi Batuak
Entrevista a : DR. MIGUEL MARTÍN ZURIMENDI Responsable del Servicio de Prevención, Lantegi Batuak
- Lantegi Batuak dedica su actividad a la gente con discapacidad. ¿Se
puede trabajar con normalidad teniendo una discapacidad?
- En principio, son gente a la que
socialmente se ha demostrado que no pueden trabajar y se les ha otorgado una
minusvalía o incluso alguna incapacidad laboral. Nosotros le damos la vuelta a
ese discurso, demostrando que esas personas tienen una capacidad plena de
trabajo. Eso sí: ese trabajo tiene que ser un trabajo adecuado. La experiencia
nos dice que estas personas tienen capacidad laboral y que sólo requieren de
ciertas adecuaciones para realizar su actividad.
- Me da
la sensación que en un centro como el vuestro le dedicáis la atención necesaria
a todos los aspectos de PRL, cosa que en la mayoría empresas no se hace.
- Efectivamente, incluso hemos tenido experiencias de integrar gente
en un trabajo ordinario que han retornado por considerar que sus condiciones
eran más protegidas en nuestro centro. Tampoco es esta la idea de los centros
de generadores de empleo, ya que su fin último es integrar a las personas en
las empresas. La realidad es que quien marca el ritmo en cada momento es la
situación económica. Entonces, posiblemente, ahora se de una situación en la
cual sería difícil acceder al mercado ordinario, pero el fin último siempre es
la integración: la integración a través del trabajo. Piensa, además, que
en nuestra comunidad quizás lo más normalizado sea trabajar, porque aquí la
gente ha tenido una cultura empresarial e industrial. De esta manera, lo ideal
sería que aunque tu tengas una discapacidad acudas al trabajo como el resto de
las personas.
- ¿Es la
capacitación la clave?
- Si, en realidad es un proceso que deberíamos hacer en todo tipo de
trabajo. Lo que pasa es que quizás cuando tenemos la etiqueta de ‘capaces’ no
hacemos este filtro y damos por hecho que podemos acometer todo tipo de trabajos.
Nosotros lo que hacemos es un proceso de valoración de las capacidad del
individuo, de las exigencias del trabajo y buscar el puesto más adecuado para
cada persona. Es algo que nosotros siempre tenemos en cuenta, pero debería ser
una política a seguir en cualquier trabajo.
- Una vez
comentaste que vuestros retos iban más allá de capacitar a las personas en el
trabajo. Llegaste a decir incluso que si un invidente quisiera ir al Everest
vosotros haríais todo lo posible para facilitarle el camino.
- Pues sí, ¡a veces te tienes que enfrentar a grandes dilemas! Siempre
decimos que tenemos que buscar el trabajo más adecuado a la persona, pero
realmente lo que tendríamos que buscar es un reto, un proyecto, incluida su
dificultad, aunque ese puesto seleccionado no sea del todo el más adecuado para
esa persona en concreto. Me explico: las personas necesitan tener un
proyecto en la vida. El trabajo tiene que ser acorde con sus capacidades, pero
no por ello ser una labor monótona o aburrida. Hay personas que establecen
retos, inclusive en aquellas áreas que se estimen limitadas, para mostrarse a
sí mismos y, al resto de la sociedad, que lo pueden hacer. Incluso establecen
proyectos que a los demás nos pueden parecer una locura. Aunque en realidad,
¿qué diferencia habría en que nosotros dijéramos que vamos al Everest y que lo
diga un invidente? ninguna. En un estado de seguridad ambos casos supondrían
ser una locura y ellos tienen derecho a asumir el mismo tipo de locuras que
asumimos los demás cuando nos ponemos unas metas difíciles de alcanzar.
- Búsqueda
de la ergonomia adecuada o el equilibrio en los problemas psicosociales, ¿cuál
es en tu opinión el más complejo?
- Hasta ahora siempre se hablado de las barreras físicas,
arquitectónicas, pero en estos casos cuando hay recursos económicos siempre hay
una solución. De hecho, hemos visto cómo la sociedad, los medios de transporte,
las ciudades y etc se han ido ajustando. Sin embargo, se ha descubierto que el
mayor obstáculo es la barrera psicológica, la barrera de la compresión. ¿De qué
sirve que te puedas movilizar si luego no comprendes a dónde va el autobús o de
donde viene? Así que sin duda, este es el gran reto a establecer en estos
momentos.
- Autoevaluarnos,
ser consciente de nuestra capacidad y limitaciones físicas es fundamental, pero
cuando hablamos del aspecto psicológico, ¿es posible aplicar esta
autoevaluación?
- Lo que estás planteando es un gran debate interno que tenemos
nosotros. Nosotros podemos considerar que es normal evaluar las capacidades
psicológicas con discapacitados intelectuales, pero cuando este sistema lo
aplicamos a otro colectivo, a una persona con dificultad motora, una persona
que tenga que ir en silla de ruedas por ejemplo, es cuando nos planteamos si es
necesario evaluar a estas personas en este aspecto. Y voy más allá: ¿por qué no
se aplica esta evaluación a las personas con capacitación? Parece que esto sólo
lo podemos hacer con unos colectivos y con otros no. Sin embargo, esta
autoevaluación aplicada a la totalidad de la organización ayudaría a buscar el
trabajo más adecuado para cada uno de nosotros.
- En la
actualidad, siguiendo la corriente Europea, se está haciendo mayor hincapié en
el aspecto psicológico de los trabajadores, ¿crees que merece esa atención?
- Posiblemente sea el momento, puesto que los aspectos tradicionales
han sido ya vencidos. Sin embargo, tras esta mejora se han dado cuenta que los
trabajadores siguen teniendo problemas de salud. Así que se ha comenzado a
descubrir problemas que en la generación de nuestros padres no se tenían en
cuenta, aunque esto no quiere decir que no estuvieran presentes. Por eso, se
habla de riesgos emergentes con un doble enfoque: por un lado los que antes no
existían, como por ejemplo los creados por el manejo de las nuevas tecnologías
y, por otro lado, aquellos riesgos que han estado presentes, pero que no nos
molestaban.
- ¿Cuál
es tu mayor reto profesional cumplido con satisfacción?
- A veces me pongo a pensar cuando me toca viajar en avión desde
Sondika y veo desde lo alto todas esas empresas que conforman nuestro país y
sus habitantes que se disponen a ir a trabajar. Y eso es normalidad. Ver que
parte de esos tejados son nuestros o de organizaciones similares me hace sentir
de alguna manera que nuestra gente esta disfrutando, entre comillas, de las
sensación de trabajo, con todos sus efectos negativos y positivos. A veces, nos
ha pasado que cuando alguien se introduce en este área nos ha hablado de
explotación de las personas con discapacidad. Pues bien, en mi opinión, ellos
también tienen todo el derecho de ser explotados y luego ya decidirán qué es lo
que quieren. Si no tienes la elección de ser explotado, como el resto de
personas, te quedarías en casa y, eso, no es normalidad. Nosotros vemos como
personas que han pasado por nuestro centro hoy en día se levantan a las siete
de la mañana, como el resto. Gente que, sin duda, no lo hubiera podido hacer si
no fuera por una organización como la nuestra. Así que como persona implicada
en este proyecto he de decir que me siento satisfecho.
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
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