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VISITAMOS LA ESCUELA DE FUEGO DE ORDIZIA (toda una experiencia)

Si alguna vez os habéis preguntado qué se siente al verse rodeado por las llamas durante un incendio, pues os diré que la sensación es realmente impresionante. Y os lo puedo contar por experiencia propia, ya que durante mi visita a Sueskola pude verme rodeada de fuego y humo y comprobar lo determinante que puede ser un segundo y seguir unas pautas adquiridas previamente, a la hora de poder controlar la situación. Os aseguro que la experiencia fue muy esclarecedora y debo agradecer al director de Sueskola que me permitieran vivirla en directo.

El simulacro se hizo en una de las salas que la escuela tiene habilitadas para ello, y consiste en una habitación cerrada en la que se simula un incendio en una casa, representada por una cama y un sofá que comienzan a arder de repente. En cuestión de segundos, el habitáculo ya está lleno de humo y la temperatura ha podido subir hasta cien grados.

La experiencia tiene el objeto de demostrar de la manera más real posible, los efectos del fuego y explicar las pautas que debemos seguir a la hora de enfrentarnos a él. En primer lugar, entre el suelo y el techo puede haber una diferencia de temperatura de más de 100 grados. Concretamente, durante la prueba en el suelo había unos 20 grados de temperatura, mientras que a una altura de unos 3 metros se alcanzaron los 190 grados. Esto nos demuestra inexorablemente que lo primero que debemos hacer en una situación como esa es agacharnos y desplazarnos por el suelo. Además, la experiencia se completa con otra serie de pautas que debemos tener en cuenta, como no dar nunca la espalda a un fuego o aprender de antemano el funcionamiento de un extintor, que en un instante y bien utilizado, puede salvarnos la vida.


Aprender unas pautas básicas de actuación

Este es un ejemplo del tipo de formación que imparte Sueskola y que en este caso, está dirigido a ciudadanos particulares; asociaciones de comerciantes, vecinos particulares, etc, que en algún momento de su vida pueden tener que enfrentarse a una situación como esta. Tal y como nos comentaron durante la visita, la mayor parte de los incendios en domicilios se producen por descuidos en la cocina, por uso inadecuado de estufas, sobre carga de enchufes o escapes de gas por falta de mantenimiento de las instalaciones.

Como ejemplo, en el caso de un descuido en la cocina, en la que una sartén con aceite prende, lo que jamás tenemos que hacer es intentar apagar el fuego con agua, ya que esto haría que el fuego se intensificara y propagara más, tal y como podéis comprobar en este sencillo pero muy ilustrativo vídeo que hemos encontrado en la red.
Debemos intentar apagarlo tapando el recipiente con un paño mojado o una tapa. Aquí debo añadir que yo, personalmente, tengo en casa una manta apaga fuegos en la cocina, por si acaso...

Además de este colectivo, los cursos de Sueskola están también dirigidos a las empresas, apostando por la formación continua como el método más eficaz y efectivo. Tal y como nos explicaron, estos cursos están dirigidos tanto a grandes empresas con actividades e instalaciones con riesgos específicos, en las que una óptima formación de las brigadas de intervención puede evitar una catástrofe controlando la situación hasta la llegada de los bomberos, como a pequeñas y medianas empresas, ya que nadie se libra de tener que enfrentarse en un momento dado a un incendio.

Por último, también se imparten cursos a los propios bomberos, cuyo objetivo será tanto completar la formación de los incorporados recientemente o el reciclaje continuo. Así mismo, se ofrecen cursos de temática más específica, como es el dedicado al manejo de los equipos de respiración autónoma, para brigadas de primera intervención con riesgo de encontrarse atmósferas peligrosas para la vida o la salud; fugas, trabajos en pozos sépticos, etc.


Instalaciones pioneras

Todos estos cursos se desarrollan en unas instalaciones pioneras en cuanto a su desarrollo tecnológico, que constan de diversos escenarios para la recreación de diferentes tipos de incendios y que están concebidas con el compromiso de respetar el medio ambiente mediante el reciclaje de todos los residuos generados en ella.
Las instalaciones están preparadas con avanzados sistemas de eliminación de humos y residuos y reutilización de materiales (por ejemplo, el agua), que garantizan un nulo impacto medioambiental.
Constan de diversos edificios; uno dedicado a la logística, en el que se ubican las aulas, las oficinas y la sala de control, la torre de maniobras, donde se realizan los simulacros de rescate, y los dos pabellones dedicados al gas y al fuel. Estos dos últimos están permanentemente conectados con una sala de control, en la que a través de un sistema informático, se controlan y miden temperaturas, niveles de humo, oxígeno, monóxido de carbono y metano (en el caso del gas). Así, además de controlar la seguridad de los alumnos durante los simulacros, se pueden crear situaciones lo más reales posible. Por otra parte, los estudios de medición servirán para obtener datos concretos de los riegos que se pueden dar en cada tipo de incendio.



A la seguridad, por la formación y la sensibilización

Por último nos hacemos eco de las palabras que nos transmitió el director del centro durante nuestra visita y que podríamos resumir en que una buena labor de formación puede ser la diferencia entre un pequeño incidente y una gran catástrofe. Esto, unido a una sensibilización social efectuada desde los medios de comunicación, agentes sociales implicados (por ejemplo, los gestores de fincas podrían hacer una importante labor en este tema) y que incluso puede comenzar en los mismos centros escolares a través de sencillos juegos, vídeos, etc, puede llevarnos a que la disminución del número de incendios sea una realidad. Y no podemos olvidarnos del número mágico: 112. Siempre, ante cualquier situación de riesgo, lo primero que debemos hacer es LLAMAR AL 112.

Artículo elaborado por: Cristina Ruiz

1 comentario :

  1. No tenía ni idea de que en el suelo hacía menos grados que a dos metros. Y yo hubiera echado agua a la sartén. Espero no vivir nunca un incendio pero si lo sufro, al menos ya sé algunas pautas.

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