ENTREVISTA A MIGUEL GIMENO, 20 AÑOS EN EL MUNDO DE LA MICOLOGÍA
-¿Cómo está siendo la temporada?
-Este año está siendo una temporada fenomenal. En algunos
sitios incluso roza la excepcionalidad en cuanto a Boletus y Níscalos. Al igual
que para la temporada trufera, que va a empezar en breve, se han dado unas
condiciones meteorológicas muy buenas. Son importantes las lluvias periódicas
en agosto para concluir el ciclo entero de estas especies y este año ha sido
así.
-Entonces habrá para todos, que sino me equivoco ¿siempre hay
mucho recelo entre los amantes de esta práctica?
-Si, la verdad es que si, son muchos los que guardan con
recelo los lugares perfectos para recoger setas. Ha habido gente que ni
siquiera se lo dice a sus hijos, nada más que en el testamento. Conozco un par
de casos, en Navarra y en Cataluña, en los que se ha desvelado el lugar de
recogida después de fallecer.
-¿Cómo son esos lugares perfectos?
¿Qué características tienen?
-En realidad no se trata tanto de conocer el sitio, sino de
conocer el momento de fructificación de cada especie. Porque puedes conocer los
mayores setales de España, pero si no sabes en qué momento dan su fruto o bajo
qué circunstancias lo dan, pues por mucho que te pongas a buscar no vas a
encontrar.
-¿Qué es lo imprescindible para
llevar a cabo esta práctica cada vez más popular?
-Lo primero, es imprescindible llevar una guía de bolsillo.
Por otro lado, y para la mayor conservación de las setas recogidas, es
necesario llevar una cesta, porque transportar las setas en una bolsa de
plástico no permite la dispersión de la espora y, además, no deja transpirar y
puede producir fermentación, sustancias tóxicas. También es importante llevar
una navaja o algún utensilio para ayudarse a cortar las setas. Aunque hay que
tener en cuenta que algunas especies es mejor arrancarlas que cortarlas. Esto es algo que muchas gente desconoce y se
ha comprobado científicamente que según que especie puede ser incluso
perjudicial. Por último, ir con alguien con experiencia si es tu primera vez.
Introducirse solo en el mundo de la micología puede ser un riesgo muy
importante.
-Es exceso de confianza, claramente. Como en casi todas las
actividades que entrañan cierto riesgo. Ese exceso de confianza lleva a muchas
personas a desconocer las especies y coger una seta que cree que es comestible,
cuando no lo es.
-Ante esta situación, ¿cuáles son tus
recomendaciones?
-Ante la duda siempre hay que considerar una seta como
venenosa, aunque no lo fuera. Cuando no conoces una seta tienes que
considerarla en principio como algo venenosa, a menos que un experto lo haya
clasificado y te diga exactamente a qué especie corresponde.
-No puede ir cualquier persona, porque primero hay que
conocer las especies. No se puede ir a recolectar setas por recolectar, es muy
peligroso. El problema con el que nos encontramos es que la gente viene con
cestas llenas de setas y en realidad solo tienen dos setas comestibles y el
resto son para tirar. Hay que tener un mínimo de conocimiento de lo que se va a
coger y no recolectar todo aquello que no se conozca a no ser que sea para
identificar y clasificar.
-¿Cómo se puede prevenir una
intoxicación?
-Simplemente conociendo cada especie. Todos los aficionados a
la micología incurrimos mucho en la necesidad de regular esta actividad
recolectora. Ya no solo por mantener los bosques y los ecosistemas, sino
también porque supone un riesgo para la salud. Porque no sería la primera vez
que una persona y su familia sufran una intoxicación aguda por culpa de una
seta erróneamente recolectada.
-¿Es muy alto el porcentaje de
intoxicación?
-En realidad no son muchos los casos, pero desafortunadamente
cada años hay dos o tres personas que mueren. En realidad, el porcentaje es muy
bajo en proporción a toda la gente que va al monte, pero desgraciadamente sigue
sucediendo.
-¿Existe alguna manera de detectar
que estas ingiriendo una seta venenosa?
-El sabor, el aroma, el pie, el sombrero, el hábitat en donde crece son características a la hora de clasificar las setas. Y el sabor es una de los aspectos que más puede ayudar a detectar si algo va mal. Por ejemplo, en la familia de las Russulas, todas las que pican no son comestibles y todas las que son dulces son comestibles. De esta manera, cuando hablamos de este especie, siempre se recomienda masticar un trozo, por supuesto sin tragar, y escupir para saborear.
-El sabor, el aroma, el pie, el sombrero, el hábitat en donde crece son características a la hora de clasificar las setas. Y el sabor es una de los aspectos que más puede ayudar a detectar si algo va mal. Por ejemplo, en la familia de las Russulas, todas las que pican no son comestibles y todas las que son dulces son comestibles. De esta manera, cuando hablamos de este especie, siempre se recomienda masticar un trozo, por supuesto sin tragar, y escupir para saborear.
www.cestaysetas.com
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
No hay comentarios :
Publicar un comentario