El
Salto Base es una modalidad deportiva que a pesar de su elevado riesgo,
consigue cada año mayor número de adeptos. Entre ellos, se encuentra Carlos Suárez,
responsable de Adidas Outdoor y uno de los alpinista, escalador y saltador Base
más importantes de los últimos años.
-Carlos,
¿qué es para ti el salto base?
-Desde
siempre he disfrutado luchando con el vacío, a través de la escalada y la
montaña, así que podría decir que el Salto Base representa un paso más en mi
trayectoria en el mundo de la montaña. Esto me ha llevado a estar continuamente
atento a lo que los pioneros del alpinismo hacían, primero en el mundo del
paracaidismo y posteriormente en el mundo del Salto Base. De todos modos, yo ya
había descubierto la sensación de “volar” años atrás en un descenso que hice
desde Naranjo de Bulnes en parapente, cuando grabamos un programa de El Filo de
lo Imposible. En aquella ocasión descubrí que había algo más que estar atado a
una pared.
-El Salto Base es una modalidad del paracaidismo y su diferencia principalmente consiste en que vas con un solo paracaídas. Ahora bien, para poder hacer Salto Base tienes que aprender todas las técnicas de paracaidismo y es fundamental introducirse en ello a través de este deporte, realizando primero un curso, posteriormente haciendo 300 saltos de paracaidismo y, una vez que tienes esa mínima experiencia, puedes empezar a hacer Salto Base saltando por un puente, una pared, un edificio o lo que busques experimentar dentro del Salto Base. En mi caso personal, a mí siempre me ha gustado todo aquello que tiene que ver con la naturaleza, como por ejemplo: saltar de una pared en la montaña.
-Últimamente
se escucha noticias trágicas sobre gente que practica este deporte, ¿cuáles son
las causas? ¿por qué sucede tanto accidente?
-Lo
que está pasando es que es un deporte bastante nuevo, especialmente el salto
con traje de alas o Wingsuit, un traje que sirve
para planear. Este tipo de especialidad se llama
Proximity Flying y es donde están ocurriendo la mayoría de los accidentes. En
contra de lo que siempre se ha querido hacer en el mundo del Salto Base que es
alejarse de una pared lo antes posible para cuando se abra el paracaídas no
estar cerca de ningún objeto fijo, lo que busca el Proximity Flying es
acercarse a las paredes, volando al ras casi de las montañas y las laderas.
Evidentemente, en este tipo de vuelos un mínimo error significa una colisión y,
consecuentemente, un accidente. Pero he de reconocer que este tipo de saltos
enganchan mucho.
-¿Por
qué seduce tanto?
-Al
final es una sensación de mayor velocidad, notas con mucha más cercanía el
suelo y eso hace tener una mayor sensación de velocidad y riesgo. Aunque
insisto, para poder realizar esta modalidad, hace falta un nivel de
sensibilidad muy grande, mucha experiencia de volar con traje de alas, de haber
realizado cientos de saltos o miles de saltos en la modalidad de paracaidismo,
cosa que gente no está haciendo. La cuestión es que incluso a pesar de tener
experiencia, un mínimo error y te has estampado.
-Yo
la verdad que por mi propia iniciativa no cuento los saltos desde hace mucho
tiempo, porque en mi opinión no tiene sentido, ya que eso no mide el
conocimiento real de la técnica. Sin embargo, entiendo que es una manera
de medir y que es necesaria. No tengo datos exactos pero andaré alrededor de
los mil saltos en paracaidismo y entre trescientos o cuatrocientos en el Salto
Base. Siempre me ha parecido mucho más importante medir otra serie de cosas:
saber tu propia experiencia hasta donde llega, utilizar tu propio instinto para
saber si necesitas saltar más o no. Por ejemplo, dicen que tienes que hacer 250
saltos de paracaidismo antes de hacer salto base: pues bien, en realidad, yo
creo que depende de cada persona. A lo mejor tú necesitas 100 saltos y yo 400.
Basarlo todo en números es bastante insignificante en mi opinión, puesto que
cada cual tiene que saber dónde están sus límites. Por ejemplo, yo sé que hay
determinados saltos que no puedo hacer, que no tengo la experiencia, entonces
simplemente no los hago.
-¿Un
lugar remarcable en donde hayas saltado?
-Para
mí los saltos más espectaculares son los que he hecho en las grandes montañas,
por ejemplo, en las dos últimas expediciones que he hecho al Himalaya al
Karakorum, he saltado de dos montañas de seis mil metros: Torre sin Nombre, una
montaña muy conocida en la que empleamos tres días de escalada en el ascenso y
nunca antes había saltado, y Laila Peak. Son dos montañas absolutamente
ideales, preciosas, de esas montañas que son un sueño solo el hecho de
subirlas, una suerte poder escalarlas. Y encima poder saltar, ¡eso ha sido para
mí como si me hubiera tocado la lotería dos años seguidos!
-Veo
que sientes una gran pasión por este deporte.
-Pues
la verdad es que si, porque son más que nada saltos de aventura, donde puedes
volar mucho en un paraje impresionante.
-La
seguridad y prevención en cuanto a la preparación del material es muy
importante en este deporte y sobre todo, cuando hablamos del paracaídas, pero
entiendo que las condiciones meteorológicas también. ¿Hay que saber echarse
para atrás?
-Por
supuesto, como en cualquier cosa, hay que tener un poco de sensatez y saber que
hay veces que simplemente no toca. Pero en general, hay que mirar bien a dónde
vas a aterrizar, que no haya viento fuerte para que no te lleve el paracaídas a
cualquier lado y saber aterrizar en la dirección concreta y en el sitio al que
crees que vas a poder llegar.
-¿Alguna
recomendación para alguien que quiere hacer este deporte?
-Como
se suele decir en este mundo cuando llevas 200 saltos solo estás considerado un
beginner, así que cuanto más saltes mejor. El mundo del aire es un mundo
muy complejo, donde va todo a toda velocidad, donde la experiencia que tengas
siempre es poca. Consecuentemente, yo recomiendo acumular muchos saltos de
diversión en la modalidad de paracaidismo para adquirir todo el
conocimiento que se pueda, ya que el paracaidismo es un deporte seguro en el
que no pasa nada.
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
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