“La cultura es una parte fundamental a la hora de ser exitosos en la aplicación de políticas preventivas”
"Si nos
ceñimos a los tópicos, se suele decir que si a un japonés le dices que no pase
de un sitio, no pasa. A un alemán le tienes que pintar una raya y a un español
le tienes que poner valla para conseguir el mismo efecto”. Así es como Aitor Triguero, Responsable de Prevención de Riesgos
Laborales de la fábrica de Vitoria de Mercedes-Benz España, plasma la importancia cultural en una de las empresas
más importantes de automoción a nivel mundial.
- ¿Qué filosofía define vuestro trabajo
en el ámbito de la Prevención de Riesgos?
- Nuestra empresa hace una búsqueda de la excelencia
continúa en todos los campos de la prevención y quisiera destacar que también
busca su integración en todos los pilares.
Por un lado, fijándonos no tanto en el producto y sí en el proceso de
diseño e instalaciones y, por otro lado, teniendo en cuenta todos aquellos
factores que son importantes para que al final las cosas funcionen. Quizás en
el pasado se pensaba en productividad o en otro tipo de objetivo, pero hoy en
día, aunque suene un poco pretencioso, para mí es importante tener en cuenta
todos aquellos factores que forman parte del desarrollo de una instalación o de
un proceso.
- Desde luego es un pilar principal que forma parte de la
estrategia necesaria para conseguir la excelencia y, por supuesto, tiene importancia en todos los niveles. Con
esto quiero decir que todas las personas, desde la alta dirección pasando sobre
todo por lo que es producción e ingeniería, lo deben considerar uno de los
pilares fundamentales porque si no al final todo el trabajo se queda en nada.
- ¿Es Alemania quien os marca las
directrices?
- Hay empresas que tienen directrices muy claras de sus
centrales, nosotros tenemos establecida una organización matricial en la que
todos aportamos. Las directrices se acuerdan en Alemania, pero escucha todas
las propuestas que le llegan del resto del mundo porque lo que se busca es
tener la capacidad de aplicar esas mejoras a nivel mundial.
- ¿Cómo estáis organizados en el campo de
la prevención?
- Somos servicio de prevención propio y, en mi opinión,
considero que tenemos un nivel de integración alto en el grupo. No hay que
olvidar que en el grupo Daimler en estos momentos somos 280.000 trabajadores en
todo el mundo y que la fábrica de Vitoria tiene más de 4.500 trabajadores. Lo
que nos hace en un entorno como el País Vasco ser la empresa industrial con más
trabajadores.
Para gestionar las
directrices en un planteamiento tan global estamos formados por Centros de
competencia dentro del consorcio y, concretamente en este campo, tenemos un
Centro de competencia de Seguridad y otro de Promoción de la salud. Realizamos
un trabajo bidireccional, entre Vitoria y el Centro de competencia, el cual realiza
un trabajo matricial con todos los compañeros del grupo en todo el mundo. En
este ámbito, he de decir que se distinguen directrices básicas de obligado
cumplimiento y otras que pueden ser mejores prácticas de cada uno de los
distintos emplazamientos en el mundo. Hemos establecido una comunidad de
aprendizaje a nivel mundial, en el que se comparten esas buenas prácticas y
obtener así una mejora continua en el campo preventivo. Es algo que yo
considero fundamental y que da mucha importancia el grupo Daimler y Mercedes-Benz en España: aplicar la rueda
de la mejora continua para cada uno de nuestros campos.
- ¿Qué aporta o que supone la suma de
cultura Alemana de prevención?
- En mi opinión, ellos son muy conscientes, que la cultura
de cada localización es una parte fundamental a la hora de ser exitosos en la
aplicación de políticas preventivas. Que una norma por sí misma hecha en Alemania o hecha en Detroit, por ejemplo, no tiene porqué
servir igual en todo el mundo. Se suele decir que si a un japonés le dices que
no pase de un sitio, no pasa. A un alemán le tienes que pintar una raya y a un
español le tienes que poner valla para conseguir el mismo efecto. Entonces, las
diferentes culturas de cada una de las localizaciones donde el grupo Daimler
tiene planta es también algo muy importante a gestionar para que esas normas o
esas políticas sean exitosas. Lo bueno que tiene tener una matriz alemana es
que desde el punto de vista técnico, en mi opinión, sí que estamos muy
avanzados.
- Estamos organizados de una forma bastante participativa:
nos organizamos en equipos de trabajo normalmente de unas ocho personas, los
cuales tienen una cierta autonomía para organizar su trabajo. Insisto en una
cierta, porque lógicamente no pueden hacer lo que quieran pero si pueden
organizarlo con un cierto grado de libertad. A través de una figura que se
llama el líder nos permite establecer un cauce de comunicación fluido entre los
trabajadores y el equipo de prevención en nuestro caso. También tenemos la
figura de los delegados de prevención con los que tenemos una dinámica de
trabajo positiva. Por el volumen de trabajadores en plantilla tenemos en estos
momentos siete delegados con los que la comunicación es bidireccional y el
trabajo se intenta que sea transversal.
- ¿Cómo es la respuesta por parte de los
trabajadores?
- Las políticas que vienen del grupo normalmente son bien
recibidas. Para nosotros la participación de los trabajadores es fundamental.
En la fábrica tenemos un sistema de gestión de ideas en el que recogemos
propuestas de mejora de los trabajadores de cualquier campo de nuestra
actividad, ¡y alrededor de mil ideas anuales son temas de prevención del propio
trabajador!
- ¿Es el índice accidentalidad alto en
vuestra compañía?
- Nuestros índices, tanto de accidentalidad como de
absentismo, son buenos comparando con datos históricos o comparándonos tanto
con empresas de automoción de España o con empresas nuestras del grupo. En los
últimos seis años hemos tenido una reducción aproximada del 60%. También es
cierto que a mí no me gusta ser demasiado optimista con estos datos. No soy muy
partidario de valorar la relación causa-efecto tan clara porque sí que es cierto que en este mundo de la prevención en el que
trabajas con personas no solo influye esa actividad concreta que has realizado, sino que
influyen muchísimas más cosas como puede ser la situación social, la misma
crisis en su momento.
- De todos modos, una reducción del 60%
es una gran cifra. ¿Estáis cerca del ideal accidentalidad “0”?
- En general, los índices son buenos, pero siempre que
trabajes con personas va a ver accidentes sí o sí. Por lo menos, hemos
evolucionado de la idea de parecer que tenemos la seguridad totalmente
controlada, la higiene totalmente controlada, y eso es positivo. En cuanto a
los accidentes, en estos momentos, la mayoría de incidentes que tenemos
nosotros son de origen ergonómico. Siendo el producto el que es, no tenemos
mucho margen de maniobra al respecto, porque aunque automatizar las actividades
es siempre nuestro objetivo, la
idiosincrasia de nuestro producto, que huye de las series muy repetitivas
porque es el cliente el que configura finalmente el producto, hace que exista
una gran variabilidad en la línea de producción.
- ¿Qué
aspecto te preocupa más a ti personalmente?
- En nuestro caso y pensando en la ergonomía por los
accidentes que se producen, me preocupa el aspecto comportamental. Porque por
mucho que pongamos todos los medios seguros si los trabajadores, cualquiera que
sea su puesto, no siguen unos comportamientos seguros es como si no hubieras
hecho nada. Por otro lado, también me preocupa el desarrollo demográfico de la
población. Es algo general en toda Europa en estos momentos: nuestra previsión
en unos años es que la pirámide de edad de los trabajadores quede muy desplazada
a los 50-60 años y hemos empezado a trabajar en ello. Se está implantando a
nivel de grupo programas de gestión generacional, para intentar ser capaces de
tomar todo lo bueno de trabajadores muy expertos y de nuevos trabajadores.
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
Artículo elaborado por: Zuriñe Álvarez
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