Las vías
ferratas son itinerarios que te llevan a lugares únicos e idílicos donde uno
llega a sentirse libre y en plena conexión con la naturaleza. Como en todo
deporte de montaña, la prevención y seguridad son primordiales para la
integridad del deportista.
Hoy conocemos
más sobre esta actividad tan de moda y a la vez tan desconocida con Joaquín
Bilbao, quien lleva practicando deportes de montaña desde hace más de 20 años, y además gestiona la tienda de material
técnico de montaña Daan, donde supervisa procedimientos y material de
seguridad.
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¿Cuál
es el origen de las vías ferratas?
Las vías ferratas fueron la primera forma de escalada que surgió
en la Primera Guerra Mundial. Las primeras se construyeron en Las Dolomitas
para acceder a puntos de muy difícil acceso pero estratégicamente importantes
para los militares. En estos inicios se colocaban unos pitones de hierros en la
pared y por ahí se subía.
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¿En
qué consiste hoy día esta actividad?
Es una actividad que está a medio camino entre el senderismo de
montaña y la escalada. Consiste en subir una montaña por una vía equipada con
escalones o grapas de metal. Mientras se sube, nos vamos “enganchando” a un
cable que recorre la vía y llamamos “línea de vida” (L.V), en la que nos vamos
asegurando con los mosquetones en sus diferentes tramos (vanos). En caso de que
la vía ferrata no llevara L.V., nos aseguraríamos con medios convencionales de
escalada o a cada escalón, que sería una forma más lenta.